Miedo, depresión... Covid o tal vez solo debilidad

 La primera vez que texté en un blog (éste blog) lo hice con la esperanza de recordarme que la vida sucede y que ocurren cosas hermosas.

Pero la idea se me fue, el entusiasmo bajó y hoy después de doce años y un cierre forzoso de un proyecto donde me dediqué a publicar mis tonterías (youtube). He decido retomarlo. 

Primero porque he sido feliz por momentos,  a pesar de los conflictos emocionales que suelen embargar la vida hoy puedo decir que me encuentro de pie.

Padecí la enfermedad pandémica no una, sino dos veces; no voy a decir que tuve una epifanía porque sería mentir, al contrario, me debilité en carácter, comencé a temer más: le tuve miedo a la vida, a la compañía e incluso a la salud.

¿Porqué a la salud? se preguntaran. Porque a veces cuando uno se propone hacer ejercicio para mantenerse en forma cometé el error de forzar su cuerpo e ignorarse a sí mismo hasta el grado de desfallecer (al menos yo) y pasé de hacer ejercicios de alto impacto como el programa de TapOutBodyXtremeWorkout a dejarme engordar, hasta llegar al punto de obesidad, pero  sobre todo desarrollé un terrible miedo al ejercicio, pues fue durante mi rutina que el primer síntoma respiratorio de la enfermedad se manifestó y sentí miedo a no volver a comer como yo quisiera, así que comí en exceso.

Entonces casi sin proponerlo conocía un nuevo lado de mí: uno que actúa con el miedo como su motor y la debilidad como su bandera. No es malo ser débil, si la depresión te frena proponte avanzar, si tus piernas se detienen solo da un paso más, respira y si lo que vez te asusta cierra los ojos y encuentra el calor, pues aún en las profundidades más obscuras y frías puedes imaginar colores que brillarán más intensamente que en cualquier prado soleado.

La obscuridad es hermosa porque te permite concentrarte, escuchar como palpita el mundo, tu cuerpo, el corazón, pero sobre todo te da una razón para abrazarte al calor sincero que te rodea, no necesitas verlo, pues es algo que nunca podrás hacer así que te permite sentir.

 


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